Mau Urrutia¡Y tanto si conocemos a algún rey o reina del drama! ¡Todo los supera! ¡Todo les sale mal! Ahora bien… ¿Qué hay detrás de estas reacciones emocionales? ¿Qué es lo que podría estar fallando?
Los reyes y reinas del drama parece que van de crisis en crisis, de catástrofe en desgracia y, después, al desastre total sin saber demasiado el motivo. Sus reacciones emocionales son, a menudo, desproporcionadas y tienen el don de conseguir que todos los demás tengan que estar pendientes de sus tristezas y desgracias cotidianas.
Sus vidas parecen un teatro en el que no dejan de pasar incidentes, giros inesperados del destino y situaciones estrambóticas, un vodevil permanente. “¡Es que todo me pasa a mí!”, “¡La vida me es adversa!“…
Son personas, simplemente, con mala suerte… ¿O hay algún problema subyacente que debería tenerse en cuenta?
Se caracterizan, básicamente, por maximizar problemas pequeños, sobredimensionándolos y necesitando nuestro soporte cada dos por tres. Queriendo o no se convierten en el centro de atención, resultando agotadores.
Habrá personas que evidencien una conducta más exagerada y otras, que hagan del drama un suceso puntual u ocasional.
El problema radica en una tendencia a la sobreemocionalidad, es decir, gestionan mal sus emociones y maximizan sus emociones polarizándolas en los extremos, como son el pánico, la angustia, la desesperación…
Lo hacen de manera involuntaria, es decir, no buscan llamar la atención, aunque la llamen, ya veces puede haber una base biológica detrás. Un trauma o una inmadurez emocional son sus causas más frecuentes.
Un punto característico de este tipo de personas son los altos y bajos. Por norma general son personas carismáticas, con habilidades sociales para hacer amigos, para conectar unos y otros por esta intensidad natural en todo lo que hacen, pero al mismo tiempo les define una inestabilidad emocional, un poco bipolar: hoy estoy a full, motivado, lleno de energía y, poco después, necesitan algún hombro donde llorar, alguien que escuche sus tristezas, lo tan negativo y desesperante que les ha pasado.
Seguramente ya estás imaginando que, muchas veces, encontramos una depresión encubierta, característica de la dificultad para gestionar pequeñas dificultades del día a día, y de estas fluctuaciones en el estado de ánimo, a los que se unen problemas de sueño, alimentación, etc.
En ocasiones la respuesta está en la infancia. Hay estudios en los que se señala que una persona puede llegar a estos extremos debido a factores como el maltrato, castigo físico, abandono o negligencia emocional, que pueden derivar a desarrollar este tipo de trastornos .
Sin embargo, hay una tribu concreta de reyes y reinas del drama que son más problemáticos: quienes tienen un trastorno histriónico de la personalidad: Hay quien hace del drama la forma de vida, y son fácilmente identificables porque:
- Expresan sus emociones de forma teatralizada y exagerada.
- Demuestran cambios muy bruscos de humor.
- Son fácilmente influenciables por otras personas.
- Necesitan ser el centro de atención.
- Suelen ser provocadores, atraer a través de su comportamiento, el aspecto físico, etc.
- Se toman libertades con los demás, incluso incomodando a quienes les rodean.
- Difícilmente se responsabilizan de los problemas.
- Suelen ser muy, muy inmaduros.
Hay que aprender a racionalizarlo en lugar de reaccionar al instante ante cualquier cosa que nos ocurre, coger aire, detenernos y reflexionar, no dejarnos arrastrar ni secuestrar por las emociones: pasamos un filtro del análisis para entender qué es lo que ha pasado, por qué ha pasado y qué deberíamos hacer. Hay que entender qué siento, qué me dice la emoción y cómo controlarla y qué tipo de reacción debería aplicar para sentirme mejor.
Y si subyace una depresión encubierta, es necesario buscar ayuda.
📎 Urrutia, M. [Maurici]. (2024, 05 octubre). Drama king, drama queen. PsicoPop. https://www.psicopop.top/es/drama-king-drama-queen/
📖 Referencias:
